Dosis mínima de vida cotidiana

DOSIS MÍNIMAS DE VIDA COTIDIANA

Este libro, de Sebastián León,  celebra la microficción como arte de lo mínimo: pocas palabras que encierran universos. Lo cotidiano —oficios, objetos, lugares, cuerpo— se convierte en materia literaria, mostrando que lo común nunca es banal. Los oficios revelan dignidad y precariedad; los objetos guardan memoria; los lugares son protagonistas silenciosos; el cuerpo, archivo de heridas y deseos. Entre memoria y trauma, lo breve permite hablar de lo indecible, dejando espacio al silencio. El lector es cómplice y coautor, completando lo que falta. En un mundo saturado, estas dosis mínimas ofrecen concentración, belleza y resistencia.