El tiempo que nos une

Tal vez, la larga vida en comunión con los Otros hace que eso que llamamos Lo Nuestro comience a cobrar vida propia y poco a poco comience a ser envuelto con una cota de malla protectora, que se va tejiendo paulatinamente gracias a la reacción a un sinnúmero de circunstancias adversas que una vez sorteadas, se adosa a este ser como una sutil armadura, constituyéndose en una unidad amalgamada, integrada al resto de las cosas. Uno más uno, es un ser especial que no es la sumatoria de dos individualidades, sino que es algo diferente: un tres. En los árboles frutales cuando una rama se injerta con otra de naturaleza parecida, pero no igual, se genera una fruta de variedad distinta; los menos románticos dirán que es sólo la fuerza de la costumbre. Para la mayoría de las personas este tejido es invisible, construido con una filigrana conformada de elementos aparentemente etéreos como es el aroma del tiempo, el tiempo que los une, su historia, una sucesión de momentos significativos que por alguna razón en nuestra vida cotidiana, donde prima lo urgente, se tiende a olvidar y queda impregnado de todas forma en nuestro inconsciente, en nuestra memoria, que un día cualquiera puede que despierte abruptamente y nos manifieste su ira a nuestro inexcusable olvido y nos reprochemos de no habernos dado cuenta de este singular misterio.”

Extracto del relato “El tiempo que nos une”.