| Autor | Sebastián León |
|---|---|
| Colección | Escritor Poli Délano |
| Tamaño | 14 X 21 cm |
| Páginas | 60 |
| ISBN | 978-956-317-744-1 |
$14.000
Migas de pan
En esta tríada de relatos conmovedores, Sebastián León nos presenta voces femeninas que narran, desde la intimidad, sus heridas más profundas, sus vacíos de infancia y sus intentos —frágiles pero persistentes— por encontrar un lugar en el mundo.
En “Sueño cumplido”, una adolescente embarazada ve en la maternidad la promesa de una vida nueva, un amor propio que nunca conoció.
“Falta de ortografía” transforma un pequeño error gramatical en un recuerdo imborrable, en un homenaje silencioso a una madre que lo dio todo.
Y en “El destino”, una mujer repasa décadas marcadas por ausencias, decisiones difíciles y el eco de una renuncia que la acompañará para siempre.
Migas de pan es una obra breve y dolorosamente honesta, donde cada frase deja una huella. Con un lenguaje sencillo y directo, León da voz a lo que muchas veces queda en silencio: la maternidad solitaria, la infancia rota, la búsqueda de afecto donde ya no queda nada.
SUEÑO CUMPLIDO
Estoy embarazada. ¡Me siento tan feliz! Por fin tendré mi propia
familia. Nunca me sentí querida por mi mamá. A mi papá no lo conocí.
No importa que el Alberto sea un inmaduro. Ni siquiera le voy a decir
que el hijo es de él. Qué bueno que se fue a vivir al sur. Lo único
que me preocupa es que mi bebé nazca sanito. Yo sé que va a ser un
hombrecito. Cuando él cumpla cinco años, yo voy a tener dieciocho
FALTA DE ORTOGRAFÍA
“Te qiro mucho ija presiosa”. Eso dice el papelito que escribió mi
mamá cuando me regaló el peluche de oso, que todavía conservo. Ella
tuvo que dejar la escuela a los nueve años. Trabajó desde niña en el
campo. Ahora que ya no está, cada vez que leo una palabra con falta de
ortografía, veo la carita de mi vieja, arrugada demasiado pronto.
EL DESTINO
Pasaron tantas cosas entre medio: me casé dos veces con hombres
machistas, mucho mayores que yo. La psicóloga del CESFAM me dijo que yo
buscaba el papá que no tuve. Entonces quise cambiar y empecé a mirar a
hombres más jóvenes que yo. Cómo iba a saberlo. Nunca supe nada más
de él. Eso fue hace treinta años. El destino puede ser muy cruel con
una. Yo tenía solo quince años cuando lo di en adopción.